Compartir frente a piratear

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El Ministerio de Fomento hizo público ayer un comunicado en el que “recuerda que es necesaria autorización para el transporte de viajeros en turismos por cuenta ajena mediante retribución económica”. Mediante este comunicado el gobierno responde a la polémica generada durante estos días por la irrupción, con la bendición de la Comisión europea, de Uber, un servicio basado en una aplicación móvil que permite que cualquier persona pueda realizar traslados de pasajeros en las ciudades europeas sin contar con las licencias pertinentes.

Pues bien, en algunos artículos de prensa se ha relacionado este comunicado, que amenaza con sanciones de hasta 6.000 euros, con servicios que promueven viajes compartidos como Blablacar, pero no es el caso. Posiblemente se haya establecido esta relación debido a la petición de la patronal Fenebús de que se cierre este tipo de portales web, ya que han notado un descenso de viajeros en favor de los viajes compartidos. Pero, aunque es lógico que Fenebús defienda sus intereses, servicios como Blablacar solamente ponen en contacto a personas interesadas en compartir los gastos de un viaje, sin que nadie (de momento) se lucre por ello.

El caso de Uber es bien diferente: aquí la empresa creadora de la aplicación permite a cualquier particular que ofrezca servicios similares a los que realizan los taxistas y que ganen dinero por realizar traslados sin haber tenido que obtener las correspondientes licencias para hacerlo, lo que supone un agravio comparativo inaceptable para el sector del taxi. Es más, no se trata ni siquiera de competencia desleal, se trata de pasar por encima de la ley y no es posible que la Administración pueda pasar por alto este tipo de actuaciones. La respuesta de Uber ante las críticas es que sus “taxistas” ofrecen servicios adicionales que no ofrecen los taxis convencionales, como bebidas o dulces que regalan al pasajero. Pero eso es disfrazar la realidad: no son más que taxis piratas con un envoltorio de colores para hacerlos más atractivos.

Evidentemente, el sector del taxi ha reaccionado ante la irrupción de servicios como Uber y ya han convocado movilizaciones, como la huelga que tendrá lugar mañana en Madrid. Y es que jugar con el pan de tantas y tantas familias que dependen del taxi en España es un desafío que el sector no va a tolerar. Y es fundamental que las administraciones a todos los niveles tampoco lo toleren, ya que su obligación es hacer cumplir las leyes y defender los intereses de quienes las cumplen, sean taxistas o pasajeros. Y si no lo hacen, las consecuencias pueden ser graves, ya que esta puede ser la puntilla para un sector que ya está muy tocado por la crisis y del que, como hemos dicho, depende la subsistencia de 100.000 familias en este país.

Uber, el “Pirataxi”: una amenaza para el sector del taxi y un riesgo para sus usuarios

Taxiberia

Estos días se está hablando mucho en los medios de comunicación de la decisión de la Comisión Europea de avalar la implantación en Europa de la empresa Uber, que ha lanzado una aplicación para móviles que permite a los usuarios compartir un vehículo en cada vez más ciudades. Esta aplicación móvil, que ha sido impulsada por el gigante Google nada menos que con 258 millones de dólares, está extendiendo sus redes por todo el mundo. Pero, ¿por qué esta aplicación para conseguir un taxi ha levantado ampollas entre los profesionales del sector?

Existen ya muchas aplicaciones para pedir taxis desde nuestro dispositivo móvil, pero lo que diferencia a Uber es que no es necesario que el vehículo y su conductor dispongan de una licencia de taxi o VTC. Esta diferencia es lo que ha puesto en pie de guerra a un sector ya bastante afectado por la crisis. Por su parte, la empresa propietaria de Uber alega que no es una empresa de transporte y por tanto no está sujeta a la legislación aplicable al resto de empresas y autónomos del sector. Uber defiende que su aplicación es solamente una herramienta que “se limita a crear comunidades de usuarios que se ponen en contacto entre ellos”. En ese sentido, se equiparan a otras herramientas que ya están en la web, como BlaBlaCar. Sin embargo, la realidad es bien distinta. Mientras BlaBlaCar o servicios similares ofrecen a personas que ya han decidido realizar un determinado viaje la posibilidad de compartir vehículo y ahorrar costes, Uber facilita que cualquier persona pueda ofrecer traslados que no va a realizar necesariamente en su coche particular y sin tramitar ningún permiso, sin garantías para el usuario y sin pagar impuestos por ello. La diferencia es bien clara: una cosa es compartir vehículo privado y otra es ofrecer servicios de transporte.

Está claro que los tiempos cambian y la tecnología ofrece nuevas oportunidades para todos. Pero lo que no es posible es que las instituciones europeas amparen la inseguridad para el usuario, por muy importante que sea la empresa que está detrás de esta iniciativa. Siempre se ha perseguido el taxi pirata por ser una actividad ilegal sin declarar. ¿Desde Europa ahora se avala a quien facilita esta actividad? ¿Para qué sirven entonces todas las normativas relativas al transporte de pasajeros? ¿Para qué gastarse el dinero en una licencia de taxi cuando puedes trabajar en negro amparado por esta empresa norteamericana? Obtener una licencia de taxi significa un fuerte desembolso -de entre 120.000- 180.000 € dependiendo de la ciudad – para los profesionales y en muchos casos han sido los ayuntamientos los que han recibido estas cantidades. Por tanto, ahora deberían ser los políticos los que defiendan a los chóferes de los que han obtenido dichos recursos. Lo que está claro para todos excepto para la Comisión Europea es que ponerse en manos de un profesional ofrece unas garantías que no puede aportar una empresa como Uber con un modelo de negocio basado en “otorgar licencias” a particulares sin ningún tipo de formación y sin un filtrado adecuado para un trabajo de tanta responsabilidad.

Y ya en Estados Unidos, donde más tiempo lleva implantada esta empresa, se han producido casos terribles por esta razón, como el conductor que secuestró e intentó violar a una pasajera o el de otro que fue arrestado por agresión. Esto es algo que difícilmente podría suceder a un pasajero que tome un taxi convencional, ya que los taxistas son verdaderos profesionales con amplia experiencia y formación y sus vehículos cumplen con toda una serie de requisitos técnicos, condiciones que no aplica Uber a sus conductores. Incluso los taxistas deben poder demostrar ante la autoridad que sus pasajeros han sido previamente contratados, rellenando un libro de ruta oficial para traslados interurbanos con multas de hasta 3000,00 € en caso de incumplimiento. Además, un vehículo autotaxi debe pasar la ITV cada seis meses a partir del cuarto año y un coche particular evidentemente no. Y hay diversos estudios que han demostrado que los taxistas profesionales sufren menor número de accidentes que los conductores particulares, a pesar de la gran cantidad de horas que pasan al volante. Por tanto y como pasajero ¿te pondrías en manos de un conductor que no ha pasado por los filtros que pasa un taxista profesional?

Uber defiende su modelo con cifras sobre el empleo creado, pero esto también es relativo, ya que estamos hablando de empleos precarios que además pueden llegar a destruir puestos de trabajo en el sector del taxi. No se debería jugar al azar con el transporte de lo más valioso que existe: «la vida humana». Banalizar, precarizar y quitar valor a esta actividad es un claro síntoma de la pérdida de valores y ética que nos está acarreando esta crisis mundial, en la que todo vale por el «sálvese quien pueda, y la ley del más grande». Desde Taxiberia esperamos que se imponga el sentido común y que se aplique la legislación que regula el sector del taxi a todos por igual.

Diferentes formas de contratar un servicio de taxi

Taxi NY en el aeropuerto de BIlbao

Cuando necesitamos llamar un taxi para un traslado, sabemos que existen varias formas de hacerlo. En general, la forma de llamar a un taxi depende de dónde nos encontremos: no es lo mismo una gran ciudad o un pueblo pequeño. En las grandes ciudades la oferta es muy amplia y las formas de llamar a un taxi suelen ser variadas. Incluso existen diferencias entre ciudades y también entre diferentes países, cada uno con sus costumbres arraigadas en el tiempo. En el caso de ciudades pequeñas o pueblos, las opciones son menores, pero igual de eficientes. Lo importante para un cliente es que a la hora de afrontar un traslado, la contratación del mismo no se convierta en un problema.

La forma más conocida y más extendida por el mundo es la de llamar la atención del taxista que circula alzando la mano en plena calle. Lo hemos visto millones de veces en las películas y lo vemos a diario en las grandes ciudades. Si el taxi está libre, ya tenemos transporte. Pero para que no haya problemas, tendremos que saber que significan las luces que llevan los taxis en su parte superior. En cada ciudad se usan métodos diferentes, aunque lo habitual es que si llevan una luz verde encendida estén libres y podamos llamarlos.

La otra forma tradicional de tomar un taxi es acudir a una parada de taxis. Son sitios fijos, que normalmente coinciden con lugares de mucho tránsito de personas, como pueden ser aeropuertos, estaciones, centros comerciales, lugares de interés turístico, etc. Veremos una fila de taxis esperando clientes y siempre tendremos que tomar el primero de la fila, que es al que le corresponde el turno para realizar la carrera.

También podemos llamar a un taxi por teléfono. Esta opción es la más usual en ciudades pequeñas y pueblos donde hay pocos taxistas en activo. También en algunos lugares se mantienen teléfonos en las paradas de taxi, a los que los usuarios llaman directamente y le responde el taxista que se encuentra en primer lugar de la fila. Esta práctica es cada vez menos frecuente, desde que aparecieron los teléfonos móviles y los radiotaxis.

Las empresas de radiotaxis surgieron en España en los años 70 y 80. La idea era aunar esfuerzos entre taxistas para mejorar las condiciones de los servicios. La mayoría de los radiotaxis están configurados como cooperativas o asociaciones de taxistas, que buscan de esta manera regular una actividad para evitar el intrusismo ilegal y para ofrecer un mejor servicio al cliente. También hay radiotaxis que son empresas privadas, que cuentan con flotas propias o con taxistas colaboradores. Hay que tener en cuenta que llamar a un radiotaxi puede encarecer una carrera, ya que se normalmente se factura el recorrido desde que el taxi recibe el aviso. De todas formas, es una forma rápida y segura de conseguir un taxi y asegurarse la calidad del servicio. Además ahora, muchos radiotaxis permiten realizar reservas desde internet, lo que les permite atraer a más clientes.

En los últimos años, con la generalización de los teléfonos inteligentes, han aparecido aplicaciones para móviles que nos permiten contratar un servicio desde cualquier parte del mundo, aunque algunas solamente están enfocadas para ciudades concretas.  Estas aplicaciones también aportan al cliente seguridad y rapidez y al taxista clientes que pueden realizar el pago mediante tarjeta de crédito a través de su móvil. Existen muchas aplicaciones de este tipo, con características diferentes, cuyo uso se está generalizando sobre todo en grandes macrourbes como Nueva York o Tokio y que van relegando poco a poco a las empresas de radiotaxis.

Por último, hay que citar las centrales de reserva online, como es el caso de Taxiberia, que no están orientadas a la contratación inmediata de un taxi, sino que trabajan más con empresas, agencias de viaje y turoperadores, aseguradoras, etc. Las centrales de reserva online trabajan más con VTCs, o alquiler de coches con conductor, que con los taxis normales. Así, son ideales para traslados de directivos, roadshows, para congresos y eventos o para rutas contratadas a través de agencias de viaje. Son empresas que gestionan traslados más a largo plazo, pero que ofrecen servicios adicionales y de calidad a sus clientes, como pueden ser vehículos de alta gama sin identificativos, disponibilidad horaria ajustada a los horarios de los clientes, chóferes con conocimientos de idiomas, rutas turísticas personalizadas o cobertura total de congresos y eventos.

Como vemos, las formas de conseguir un taxi son muchas y variadas y dependen en gran medida de donde nos hallemos y de las posibilidades técnicas de las que dispongamos en cada momento. Lo importante es que lleguemos a nuestro destino con seguridad y para ello siempre podremos encontrar buenos profesionales del taxi que nos harán la vida más fácil, independientemente de la forma en que los hayamos contactado.

10 consejos a tener en cuenta por el usuario de taxi

Taxi

Todos los días millones de personas cogen un taxi en cualquier lugar del mundo. Todos hemos usado este servicio alguna vez, tanto si se trata de taxis como de un vehículo de alquiler con conductor (VTC). Pero aunque sea algo habitual, a veces no sabemos realmente cómo comportarnos frente al profesional que realiza el servicio ni que derechos y obligaciones tenemos como usuarios del taxi.

En Taxiberia, de la misma forma que confeccionamos una guía de buenas prácticas para nuestros chóferes, nos hemos atrevido a realizar un decálogo de buenas prácticas para clientes de taxis y VTCs, fruto de la experiencia de años de nuestros profesionales. No pretendemos imponer normas cerradas a nuestros clientes, solamente ofrecer unas pistas para que esa relación efímera que se produce entre el chofer y sus clientes sea lo más agradable posible para ambas partes.

Estos son nuestros consejos para todas aquellas personas que se suban a un taxi:

  1. Los vehículos auto-taxi disponen de libro de reclamaciones, algo que es desconocido por muchos usuarios. Es siempre un buen canal para informar a los ayuntamientos de cualquier irregularidad que hayamos sufrido utilizando este servicio público.
  2. Sabemos que muchos usuarios no desean recibir conversación. Si es su caso, comuníqueselo al chofer de una forma discreta, aunque los buenos profesionales no deben iniciarla y esperan que la inicié el cliente si lo desea.
  3. El cliente puede solicitar que se apague la radio, pero es decisión del chofer la emisora que se escuche. También sí el cliente quiere bajar una ventana, el conductor debe autorizarlo, así como poner el aire acondicionado, siempre a gusto de los pasajeros.
  4. Muchas veces hay profesionales que le preguntarán por dónde les llevan. En la mayoría de las ocasiones, no es porque no sepan llegar al destino, sino porque quieren llevarles por la opción que ustedes elijan y evitar suspicacias del tipo «me lleva por el camino más largo». Si usted quiere definir una ruta, dígaselo al profesional sin tapujos, para él será más cómodo y será beneficioso para ambas partes.
  5. En trayectos interurbanos el coste del traslado incluye la vuelta si la hay en breve, pero no el tiempo de la espera, en el destino intermedio. Si hay espera, el cliente debe AVISAR CON ANTERIORIDAD AL CHÓFER. Esto es importante para evitar malentendidos.
  6. Algo que siempre se piensa que todo el mundo sabe, pero parece que los sábados por la noche se olvida: los taxis que llevan un numerito encendido, están ocupados y los que llevan luz verde, libres. Hay veces que si existe una parada de taxi cerca, los coches no estarán disponibles por respeto a los compañeros que están allí y llevan un rato esperando para recoger clientes.
  7. Hoy en día existen numerosas aplicaciones móviles para llamar un taxi. Las hay que funcionan mejor y peor y es un sistema que va cada vez más ya que hay mucha competencia, pero si lo que se necesita es un servicio o traslado especial por capacidad, calidad del vehículo o requisitos del chófer (como dominio de idiomas, disponibilidad o conocimientos de una zona concreta), lo mejor es contactar con una central de reservas como Taxiberia.
  8. Por inexplicable que parezca todavía hay muchos usuarios que nos preguntan si hay que ponerse el cinturón de seguridad en el vehículo. Efectivamente, aunque los taxistas están exentos de llevarlo dentro de las ciudades esta norma no es válida para los pasajeros.
  9. Las sillas de niños especiales no son obligatorias en los traslados urbanos que se realicen en vehículos auto-taxis pero sí en desplazamientos interurbanos. Esta necesidad, al igual que sucede con el traslado de mascotas, es otro buen motivo para contactar con una central de reservas, ya que es muy difícil encontrar taxis que las lleven sino se ha solicitado con antelación.
  10. Educación, respeto y sentido común. Actos tan simples como saludar al entrar al vehículo o pedir permiso sí se quiere comer o beber en el coche, nos harán ganarnos el respeto de nuestro conductor. Aunque el taxi es un servicio público, los propietarios de los vehículos son los profesionales y algunos son más flexibles que otros con estas cosas y es preferible consultarlo. Lo mismo cabe decir con las prisas: se puede informar al chofer de qué llega tardé a un evento y él seguramente intentará llegar lo antes posible, pero no pida milagros. Al fin y al cabo los puntos del carnet en juego serán los del conductor, que los necesita para asegurarse su medio de vida.

Como pueden ver, no se trata más que aplicar un poco de sentido común y de sentir cierta empatía con el profesional que va a intentar ofrecerle el mejor servicio posible. En Taxiberia contamos con profesionales con una gran experiencia y que están siempre dispuestos a satisfacer las necesidades de los clientes. Es de justicia, por tanto, intentar facilitarles su labor para que cualquier traslado sea un trayecto agradable tanto para ellos como para los usuarios.